Mientras tomaba fotografías a la celebración del Día de Muertos en del panteón de Xoxocotlán, Oaxaca me di cuenta de un bullicio que venía desde fuera. Me llamó la atención. Era una música que poco tenía que ver con el ambiente que había entre las tumbas. Salí para averiguar y había puestos de comida de todo tipo, otros de artesanías o material para decorar los sepulcros. Poco a poco llegaba más gente y concurría los distintos negocios. Definitivamente, ninguna fiesta popular, al menos en México, está completa sin estas verbenas de comida y color.  
El ambiente no era serio y mucho menos solemne, era familiar y de gran fiesta. Así, reafirmé que el día de muertos en Oaxaca como en otras partes de México, es una fiesta alegre para disfrutar, recordar y venerar a las personas que partieron y que amamos mientras estuvieron con nosotros, que nos hicieron sentir vivos…
La muerte aquí no es para tomarse tan en serio. ¿Al final quién sale vivo de esta vida?
-ENGLISH VERION-
While I was taking pictures at Xoxocotlán cementery, I noticed that there was music and noise braking the enviroment comming acros the street. Once I ended, I clouldn’t resist to take a glimpse and I went to see what was going on. There were a lot a food stands with their own local sound and music turning that into another kind of festivity.
It seemed like another style of celebration, but then I realiced that the way people celebrate here the Day of the Dead it’s not related to mysticism, solemnity or sorrow.
You can’t defenitly take the death so seriously.